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Evaluación al Programa Aprender en Familia muestra impactos positivos al involucrar a los padres en la educación de sus hijos

7 Diciembre 2016


Luego de tres años de un intenso trabajo de investigación, J-PAL (Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab), centro fundado en el MIT, presentó los resultados de la evaluación de impacto del programa Aprender en Familia de Fundación CAP, que busca involucrar más a los padres en la educación de sus hijos para potenciar su desarrollo y aprendizaje escolar. Este programa lo implementa la Fundación en escuelas municipalizadas desde 2010 en distintas comunas de Chile, distribuidas en las regiones de Atacama, Coquimbo, Metropolitana y del Bío Bío. El fruto de la investigación, liderada por el profesor Francisco Gallego –economista del Instituto de Economía UC y Director Científico de J-PAL–  se compartió en un seminario organizado por J-PAL, Fundación CAP y el Centro de Políticas Públicas UC.

En la ocasión, un panel de expertos conformado por Carlos Henríquez, Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Neva Milicic, psicóloga infantil y académica UC, y Macarena Cea, Subdirectora de Investigación del Centro de Políticas Públicas UC, debatió sobre los desafíos relacionados a la generación de estos vínculos entre Familia y Escuela.

El propósito de la evaluación de J-PAL, que comenzó en 2012, era generar evidencia científica sobre el impacto de involucrar desde la escuela a los padres y/o apoderados en el desarrollo y desempeño académico de sus hijos e hijas pertenecientes a escuelas públicas del país.

El estudio se realizó en una muestra de 62 escuelas de Coquimbo, La Granja, Vallenar, San Bernardo y Talcahuano. Luego, siguiendo el diseño experimental, fueron elegidas al azar las 26 escuelas donde la Fundación CAP implementó el programa (“escuelas de tratamiento”), comparándolas posteriormente con los resultados obtenidos de los otros 36 establecimientos que no recibieron el programa (“escuelas de control”). Durante tres años se midieron los efectos del programa en cinco dimensiones: acompañamiento al aprendizaje y desarrollo; relación con el entorno; convivencia en el hogar y con el niño; relación familia-escuela y resultados académicos.

Esta metodología de diseño experimental es la que J-PAL utiliza en todas sus evaluaciones, reconocida por los académicos como una manera rigurosa de medir el efecto de programas sociales.

Eduardo Frei Bolívar, Presidente de Fundación CAP, se manifestó muy contento frente a los resultados y señaló que “estos resultados refuerzan nuestro compromiso y entusiasmo para seguir aportando en esta materia y contribuyendo a la creación de una poderosa alianza entre Escuela, Familia y Comunidad, la cual estamos convencidos que es indispensable en la mejora de la educación que están recibiendo nuestros niños y niñas”.

Por su parte y tras presentar los resultados de la evaluación de impacto, el profesor Francisco Gallego destacó la coherencia final de las cifras finales: “La teoría existente nos arrojaba luces sobre la importancia de instalar una política familia-escuela en los colegios y de esta forma favorecer el involucramiento parental en una serie de dimensiones relacionadas con la educación y desarrollo de los niños. Los resultados de esta evaluación confirman cómo un programa específico que podría ser escalado puede generar impactos positivos en muchas de estas dimensiones, lo que es consistente con la teoría y un aporte sustantivo a la academia y a la discusión de políticas públicas. Es un programa que permite convertir a los papás en aliados empoderados en la acción de la escuela. Eso es una gran noticia”, celebró Gallego.

Macarena Cea, subdirectora de Investigación del Centro de Políticas Públicas UC, valoró el trabajo que la Fundación CAP realiza en el ámbito educativo y también de evaluación del impacto de sus programas a partir de la metodología J-PAL. “Las evaluaciones de impacto rigurosas son muy necesarias y, en este caso en particular, valoro los resultados, pero sobre todo, la entrega de evidencia que ilumine el diseño de políticas públicas que puedan incorporar más a los padres en el proceso educativo”.

Impactos en los distintos ámbitos

Como lo señala el informe de J-PAL, el programa “Aprender en Familia” logró implementarse con fidelidad a su diseño y cumplir plenamente con su objetivo principal. Su evaluación demuestra resultados estadísticamente significativos en las dimensiones evaluadas, aunque los impactos son más notorios en algunas escalas más que en otras y demostraron ser mayores en el 1er ciclo de enseñanza básica en comparación con el segundo.

En cada dimensión podemos destacar, según lo que declaran estudiantes y apoderados, lo siguiente:

Acompañamiento al aprendizaje y desarrollo:

Para el caso de los apoderados que participaron en “Aprender en Familia”, éstos declaran contar con más y mejores herramientas para apoyar a sus hijos, además de mostrarse más involucrados en lo que les sucede; son más quienes tras el programa dicen saber dónde están sus hijos y conocer a sus amigos más cercanos. Asimismo, aumentan los padres que saben qué programas de TV ven sus hijos y se fijan en los juegos o páginas web que ocupan en el computador. Todos indicadores muy importantes para mejorar su desarrollo y aprendizaje escolar.

En el caso de los estudiantes, comparados con los de las escuelas de control, también se aprecian impactos positivos:

  • 3,4% más declaran: “Mis padres saben cómo me porto en la escuela”.
  • 9,3% más invitan a sus amigos a la casa.
  • 1,7 % más dicen “mis papás me ayudan con las tareas”.

Destacó también la variable apoyo a la lectura, donde los estudiantes que recibieron el programa aumentaron su interés y gusto por leer, tanto en casa como en la escuela. También se observó un promedio más alto de días a la semana en que realizan esta actividad, ya sea con diarios, revistas o libros. Indicadores estadísticamente significativos son:

  • 15% más leen junto a sus padres.
  • 7% más dice que en el colegio le dan cosas interesantes para leer.
  • 6% más declara “mi profesor quiere que yo lea más”.

Relación con el entorno:

Un dato importante de la evaluación, que corresponde a esta dimensión, fue la disminución en los índices de violencia. El informe arrojó que un 12% menos de niños de las escuelas que recibieron el programa “Aprender en Familia” reconoció haber comenzado una pelea con otro compañero o haber molestado en grupo, como así también se observó una disminución al preguntar si han presenciado o sufrido golpes en su casa. Esto es corroborado por profesores quienes aprecian menos conflictos en clases y manifiestan que sus estudiantes los tratan a ellos con más respeto.

Convivencia en el hogar y con el niño:

Se observan cambios sustanciales en los apoderados que recibieron el programa respecto a los del grupo de control en la relación con sus hijos. Aumentan los que dicen disfrutar más del tiempo con sus hijos o que declaran “regalonearlos” más. También es mayor la proporción de padres que declaran expresarle más cariño a sus hijos (decirles “te quiero”).

Relación Familia y Escuela:

Los apoderados del grupo que contó con el programa de Fundación CAP señalan que la escuela les entrega más herramientas para apoyar a sus hijos e hijas desde la casa. Además, éstos declaran participar más en actividades escolares y sienten que su presencia es importante para la escuela.

Tanto apoderados como profesores de dichas escuelas, declaran también que la relación entre las familias y la escuela ha mejorado, destacando la existencia ahora de una política que involucra a los padres en la escuela y orienta el trabajo entre ambas partes.

Resultados académicos:

Lo más notorio y significativo en el aspecto académico fueron los resultados SIMCE 2015 de los estudiantes de 4° básico que contaron con el programa “Aprender en Familia”. Los resultados muestran que éstos obtuvieron 7,5 puntos más que los estudiantes de las escuelas de control en la prueba de lenguaje, mientras que la tendencia en la prueba de matemáticas fue similar, obteniendo en promedio 9,8 puntos más.

Aumento de la asistencia a clases:

El académico y director de J-PAL Francisco Gallego, además, destacó cómo el programa generó un impacto adicional en la asistencia de los niños a la escuela, incrementando ésta en un 1,2%. Aunque este aumento pareciera ser pequeño –alrededor de dos días más al año– la cifra refleja cómo el involucramiento parental pareciera tener efectos multi-dimensionales en la relación Familia-Escuela, lo que es coherente con la literatura al respecto.

 

 

 

 

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