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Clasificación de escuelas y metodologías de valor agregado

20 Junio 2012


“Lo que una escuela hace está lejos de ser completamente capturado por los factores medidos tanto a nivel individual como a nivel de escuela”. A raíz de este escenario es que los académicos Alejandro Carrasco y Ernesto San Martín, proponen introducir un elemento no observable en la actual clasificación, denominadoefecto escuela.

El trabajo – que fue presentado este miércoles en el Centro de Extensión UC – compara dos modelos de clasificación: en base a la prueba SIMCE a nivel de escuelas, y un modelo de valor agregado. La propuesta surge en medio de la nueva institucionalidad educativa, que contempla la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de la Educación. La ley indica que las escuelas serán clasificadas dentro de cuatro grupos, según los niveles de desempeño alcanzados en pruebas censales, como la prueba SIMCE; y deja abierta la posibilidad de incluir modelos de valor agregado para realizar dicha clasificación.

El proyecto señala que el valor agregado de un establecimiento educacional corresponderá a “lo que la escuela agrega para predecir los puntajes SIMCE 2009 más allá de lo que se puede predecir considerando que los estudiantes estén en una escuela promedio”.

Comentaron la propuesta Claudia Peirano, directora de Grupo Educativo; Francisco Lagos, Jefe del centro de Estudios del Ministerio de Educación; y José Weinstein, gerente del Centro de Innovación de Educación de la Fundación Futuro.

Peirano valoró el trabajo y la completa revisión de literatura internacional que realizaron los autores en la materia, sin embargo señaló que no “quedan claros los beneficios de adoptar un sistema de clasificación en base a valor agregado”. Igualmente destacó la actual discusión sobre si utilizar estándares absolutos o relativos para la clasificación de escuelas (incorporándose los modelos de valor agregado a lo segundo), indicando que “las clasificaciones relativas pueden ser injustas con los aprendizajes de los niños”.

Francisco Lagos, por otro lado, destacó lo oportuno del proyecto, e hizo ver que de implementarse este sistema 60% de las escuelas serían re-clasificadas. “Esto despierta una alerta de los cambios que se pueden desprender de introducir la medición valor agregado”. Lagos enfatizó además algunas de las limitaciones de esta propuesta, como el hecho que las pruebas SIMCE no son comparables, refiriéndose a la medición de 4to y 8vo básico; y que hoy se aconseja hacer las mediciones en un espacio de dos años, mientras que los autores consideran cuatro.

Weinstein hizo un claro llamado “a establecer un sistema que se mantenga en el tiempo”, y valoró el aporte del proyecto que contempla una responsabilización justa de las escuelas, esto es, que se las juzgue por lo que pueden aportar a los aprendizajes de los alumnos y no por factores exógenos como el nivel educativo de los padres u otros factores que inciden en los aprendizajes, que no dependen de la escuela directamente.

 

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