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124 años de la UC: identidad, excelencia y equidad

16 Junio 2012


En las últimas semanas diferentes actores han formulado serias críticas al proceso de selección universitaria. Cada institución debe ser fiel a su misión e identidad, y éstas deben iluminar su camino. La UC desarrolla un proyecto educativo con inspiración y sentido cristiano orientado a ser un aporte a la cultura.

Con pasión por la excelencia para cumplir con su misión. Además, busca ser inclusiva, abierta a todos los que quieran acoger y vivir la propuesta educativa de nuestra comunidad universitaria.

Junto con crear nuevo conocimiento, aspiramos a formar personas íntegras, ciudadanos comprometidos con la búsqueda de la verdad, el desarrollo del país, con mirada de bien común y vocación pública.

La riqueza y calidad de una universidad adquiere más fuerza si la presencia de estudiantes proviene desde diversas realidades culturales y sociales. Así, la UC se orienta, de acuerdo con su plan de desarrollo, a generar los espacios de encuentro que fortalezcan a la comunidad universitaria y a favorecer la inclusión y acogida de jóvenes talentosos de orígenes diversos. De esta forma, la UC cumple con su misión de ser una universidad católica abierta a la sociedad.

La inclusión va más allá del crecimiento económico, la inversión social y el acceso a bienes públicos. La sustentabilidad de la inclusión social depende de las posibilidades de los ciudadanos de influir en las políticas públicas. La educación es el principal factor para producir los cambios y la equidad anhelada. En la universidad, entendemos la inclusión como una verdadera acogida de todos los estudiantes. Es la persona y su dignidad lo que queremos promover, favoreciendo su desarrollo pleno, a partir de la propuesta educativa que brota de la identidad de una universidad católica.

Debido a la segregación socioeconómica actual, apoyamos los nuevos instrumentos de selección universitaria que aumentan la equidad. El recientemente aprobado ranking de notas identifica a quienes tienen hábitos de estudio, sentido de la responsabilidad y motivación, independiente de sus respectivos entornos socioeconómicos. Así, en la UC hemos demostrado que el seguimiento de los estudiantes es predictivo de un muy buen rendimiento académico en la educación superior.

Algunos avances concretos en esta senda incluyen el intercambio estudiantil (más de 2.000 alumnos) con una variedad de universidades extranjeras. En el aspecto socioeconómico, la admisión 2012 amplió el beneficio de gratuidad de los alumnos a los dos primeros quintiles (arancel de referencia y contraparte de la universidad). Además, hemos iniciado novedosos programas de fortalecimiento de las competencias académicas para alumnos vulnerables. Por otra parte, se ha potenciado el programa de difusión del proyecto de la UC en establecimientos municipales y subvencionados.

Exitosos ejemplos de inclusión, existentes desde hace una década, contienen el programa de detección de talentos PentaUC, (con más de 850 escolares), al que se ha sumado el programa Talento e Inclusión, orientado a estudiantes de colegios municipales y subvencionados que se extenderá a toda la universidad. La beca Cardenal Silva Henríquez es otra iniciativa de la comunidad UC, y la colaboración de privados en la Fundación Juan Pablo II ha permitido por 25 años entregar becas a estudiantes con necesidades económicas.

En relación con los alumnos con necesidades especiales, en Chile solo el 6% logra ingresar a la educación superior. En nuestro programa Piane UC hay más de 45 estudiantes con discapacidad motora y sensorial en 22 carreras, situación que también se observa en el posgrado. Así, realizamos asesoría a los docentes en temas metodológicos y de enseñanza, con nuevos recursos tecnológicos para el aprendizaje. Además, hemos implementado un programa de tutoría de pares que ofrece oportunidades de desarrollo personal y académico.

Sin duda, aún nos queda mucho por mejorar; sin embargo, hemos asumido esta tarea con gran responsabilidad. Estos procesos son lentos y las soluciones aún parciales, pero el desafío busca nuevas posibilidades de acogida e inclusión para los estudiantes. De esta forma, su riqueza humana e intelectual se verá reflejada en una sociedad más integrada, en el desarrollo del país y en el proyecto global de la UC.

Nuestro compromiso es trabajar por una educación universitaria con identidad, inspiración y sentido cristiano, de calidad y equidad para los jóvenes, que sea un real aporte a la cultura de nuestro país.

Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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