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Compromiso país: aprovechar la oportunidad

29 Octubre 2018


Tanto los resultados de la Casen 2017 como estudios recientes del Banco Mundial y la OCDE muestran que Chile ha sido un país exitoso en disminuir la pobreza y lograr movilidad intrageneracional, no tanto así en superar el estancamiento en términos de desigualdad.

El Mapa de la Vulnerabilidad es un aporte interesante para los desafíos del desarrollo social chileno. Uno de sus ejes es mejorar el nivel de vida de las personas, especialmente entre aquellos que quedan invisibilizados en las tendencias positivas de algunos indicadores y quedan al margen de las políticas públicas o del crecimiento económico. En general, el concepto de vulnerabilidad ha sido utilizado de una manera profusa pero poco específica como foco de intervención. Por ello, esta iniciativa toma este concepto y lo traduce en 16 grupos sociales específicos. En este sentido, el mapa contribuye a mostrar claramente a segmentos sociales que están en una situación de precariedad y que muchas veces aparecen ocultos en las grandes discusiones de la política social.

También es destacable que el mapa innova al convocar a cuatro grupos de la sociedad en esta iniciativa: el Estado, el sector privado, la academia y la sociedad civil. Esto, porque el abordaje de los problemas sociales no se trata de una discusión meramente técnica, sino de una necesaria intervención que recoja la complejidad social con sus múltiples dimensiones, que se escapa a los ojos de un sólo actor.

Pero Compromiso País deberá enfrentar un gran reto: el manejo de las expectativas de su alcance y capacidad creativa. Este proyecto tiene algo de similitud con la iniciativa “Big Society”, que se impulsó en Gran Bretaña a inicios de esta década. En esa oportunidad, la convocatoria tenía implícita la figura de un Estado más articulador y facilitador, y no tanto de proveedor de soluciones a problemas públicos. Por ello, una de las mayores frustraciones fue precisamente que estos actores, a pesar de involucrarse activamente, muchas veces chocaron con una cultura institucional defensiva. En nuestro caso, la inclusión de diversos actores podría superar ese enfrentamiento, al sugerir nuevas formas de mirar los problemas y diseñar soluciones a partir de la evidencia.

Lee y comenta la columna en La Tercera.

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