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Pago por desempeño en el Estado: ni zanahoria ni garrote

30 Marzo 2013


Aunque es posible que las movilizaciones que realizaron dos servicios públicos a comienzos de este mes hayan aparecido para el ciudadano común como una forma más de reivindicación salarial dentro del Estado, en la práctica, el origen de estas fue bien distinto y se encontraba en el reclamo por la no obtención de los bonos anuales asociados a logros en sus metas de gestión.

Estos incentivos, definidos por ley, pueden llegar a significar un incremento de más de un sueldo anual en los funcionarios de las reparticiones. En el caso del Ministerio Público, sin perjuicio de existir una denuncia por manipulación de la información requerida para medir el cumplimiento de las metas; se revirtió la situación original arguyendo que el organismo independiente que evaluó el cumplimiento de la meta no había comprendido adecuadamente lo que se estaba midiendo. En el caso de Gendarmería, no se logró disminuir suficientemente la meta de fugas internas de reos y, por lo tanto, no correspondía el bono por cumplimiento de metas; esta situación se revirtió atribuyendo el menor desempeño logrado a problemas de contexto ajenos a la propia institución.

Claramente, en  ambas instituciones fue la intervención directa de sus directivos superiores ante la autoridad, además de la movilización misma,  lo que logró cambiar el escenario inicial y obtener los preciados bonos. A pesar de que no hablamos lunfardo en Chile, todo esto se parece a un tongo.

Estudios de la Ocde señalan que en estos sistemas de incentivos de gestión en el Estado existen asimetrías de información y un importante riesgo de manipulación consciente de los datos. En otras palabras, el mandante principal no tiene mayor capacidad para especificar y monitorear adecuadamente las metas del agente ejecutor, que es el servicio en cuestión. ¿Qué puede saber el Ministerio de Hacienda sobre lo desafiante o esquivo de  una meta de disminución de fugas desde los recintos penales? o ¿cuál es el nivel deseable de satisfacción de los usuarios de un determinado programa social del Fosis? No debe sorprendernos entonces que muchas metas se definen para cumplirlas y obtener los bonos sin haber mejoramientos sustantivos en los resultados de la gestión pública. Sin ir más lejos, los informes publicados sobre cumplimiento del Programa de Mejoramiento de Gestión del año 2011, señalan que un 95% de los 183 servicios públicos reportados ese año logró el bono con el máximo nivel de asignación. Es decir, sólo un porcentaje ínfimo de servicios no logra sus metas.

Si bien estos mecanismos que se instalaron en Chile  hace 15 años cumplieron un importante rol en la modernización de la gestión interna de los servicios públicos, hoy en día han ido perdiendo su valor, ya no son una zanahoria que efectivamente contribuya a mejores resultados, pues en la mayoría de los casos son percibidos como un aumento regular del sueldo. Por otra parte, cuando en casos muy puntuales las metas no llegan a cumplirse formalmente, tampoco hay castigo o garrote, ya que el beneficio salarial no se puede retirar por las presiones institucionales.  No en vano el Banco Mundial en el año 2009 mencionaba para el caso chileno que estos mecanismos son muy rígidos y complejos, lo que repercute en costos de transacción muy elevados para las instituciones y un cumplimiento formalista de las metas.

Actualmente, se ha estado promoviendo un nuevo esquema que impone mayor liderazgo de los subsecretarios en la gerencia de los servicios públicos, a través del seguimiento de indicadores de resultados de la actividad principal de cada servicio. Este mecanismo elimina algunas distorsiones al no estar asociado a remuneraciones y pone un foco en el diálogo permanente entre estas autoridades y los jefes de servicios. Esta modalidad es interesante, pero subsiste con el sistema previo y es muy reciente.

Llegó el momento de diseñar  nuevos mecanismos de mejora de la gestión pública y dejar atrás aquellos que ya hicieron su contribución. La campaña presidencial es una buena oportunidad para conocer las propuestas en este ámbito, ya que inevitablemente se propondrán múltiples  políticas, pero pocas veces hay suficiente consideración respecto de cómo se gestionarán.

Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC.

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