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Recortes, priorización y focalización

9 Julio 2015


El fin gradual de la Ficha de Protección Social y la postergación de la puesta en marcha del nuevo sistema de asignación de beneficios sociales anunciado por la Presidenta Bachelet ha abierto una interesante polémica sobre la importancia que tiene la focalización en la política social.

Para algunos, la focalización tiene una carga ideológica derivada de una mirada subsidiaria del rol del Estado, que sería contraria a una mirada de enfoque de derechos garantizados. Sin embargo, la focalización no es más que el reconocimiento explícito de una realidad irrefutable como es el problema económico: ante necesidades múltiples, los recursos escasos deben asignarse de acuerdo a algún criterio. Lo importante es que estos criterios sean explícitos y objetivos. Adicionalmente, desde una mirada de la Teoría de la Justicia como equidad de J. Rawls, uno esperaría que la intervención del Estado se ordene para lograr el mayor beneficio de los más vulnerables de la sociedad.

Focalizar es sinónimo de priorizar. El ministro de Hacienda ha hablado de “priorizar” y “contener expectativas” para privilegiar mayor capacidad de crecimiento. También ha afirmado que “lo peor que podemos hacer es ofrecer nuevos pactos sociales y al poco andar no poder cumplir con ellos”. Precisamente algo de esto ya ha ocurrido al no tener mecanismos claros de priorización. Las Garantías Explícitas en Salud (GES) otorgan acceso garantizado a 80 prestaciones de salud, si bien en este programa hay criterios de focalización categórica a través de condiciones específicas por enfermedad, en la práctica es a través de las listas de espera –que ascienden a 13.000 pacientes– donde hay una priorización implícita que no responde a criterios de equidad ni de efectividad.

De modo similar, el anuncio de la gratuidad en educación superior circunscrito a universidades del Cruch es un criterio altamente discrecional y nada equitativo, pues deja fuera a la amplia mayoría de los jóvenes de sectores vulnerables que estudian en universidades privadas acreditadas, IP y CFT.

Sin embargo, debe reconocerse que uno de los instrumentos más importantes en este ámbito, como es la Ficha de Protección Social, ha estado en tela de juicio. Sus problemas son conocidos: inconsistencias en las variables que se utilizan para estimar el puntaje, manipulaciones en la aplicación, falseamiento de datos, entre otros. Estas críticas provienen del Comité de Expertos del 2010, las que junto a las propuestas incompletas de solución han llevado prácticamente a un “congelamiento” del instrumento. Aunque todos sabemos que la información del sistema es deficiente, sigue operando de hecho.

Distintas estimaciones a partir de la Casen señalan que incluso en programas focalizados como Chile Solidario o el Ingreso Etico, habría alrededor de 40% de beneficiarios que están fuera de los criterios de elegibilidad. Obviamente, al focalizar mejor estos mismos recursos podrían reasignarse y mejorar el nivel de apoyo a quienes realmente lo necesitan.

La decisión del gobierno de retrasar la implementación de un nuevo sistema de asignación de beneficiarios prolonga la incertidumbre en la operación de los programas sociales en un contexto en que el país requiere contar con mecanismos de focalización que contribuyan a hacer una política social más efectiva y equitativa.

Puedes leer y comentar la columna directamente en Voces de La Tercera.

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