15 Diciembre 2020
La iniciativa “Tenemos que hablar de Chile” presentó los resultados de los primeros 1.000 diálogos realizados durante el 6 de junio y el 12 de septiembre. Del análisis, se desprenden temáticas comunes que abordan la esperanza por un futuro mejor y los cambios de paradigma que deben primar en un nueva sociedad.
Recoger los principales anhelos, temores y percepciones de los chilenos, en un año histórico para nuestro país, es el objetivo de Tenemos que Hablar de Chile, iniciativa de las universidades Católica y de Chile que, a través de encuestas e instancias de diálogo ha hecho participar a ciudadanos de todo Chile.
La metodología de participación estuvo a cargo del Laboratorio de Innovación Pública UC -un programa del Centro de Políticas Públicas UC en conjunto con la Escuela de Diseño-, mientras que el análisis de los resultados está en manos del Instituto de Argumentación de la Universidad de Chile.
A la fecha, la iniciativa cuenta con los resultados de las primeras 1.006 instancias de diálogo, donde 5.102 participantes se reunieron en grupos pequeños por videollamada coordinados por un moderador.
El primer hallazgo habla de la esperanza. A pesar de que existen sentimientos comunes de incertidumbre e inseguridad, entre ellos emerge un espíritu de esperanza sobre nuestro futuro. No se trata de una certeza o confianza absoluta de que aquel cambio se materialice, sino de un optimismo que viene de la mano con el proceso de nueva Constitución y de transformar la educación en una herramienta de impacto social. Para Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, la esperanza es valorable, pero insuficiente. “Necesitamos transitar hacia la confianza, a estar dispuestos a colaborar, a ser corresponsables con las personas e instituciones. La confianza se construye mostrando competencia para cumplir lo que se espera, desde un principio de integridad”.
Las conversaciones arrojaron, además, una percepción generalizada de un Estado que no protege a sus ciudadanos. Dicha idea se compone de tres elementos: la ausencia del Estado frente a situaciones que influyen en la vulnerabilidad de los chilenos, la sensación de que cuando se hace presente no impacta positivamente, y un Estado que cuida más de sí mismo que de la población. “Esa competencia para cumplir lo que se espera, es precisamente lo que las personas no encuentran en la labor del Estado, institución respecto de la cual hay expectativas en la generación de confianza social. No se trata del alcance de sus funciones o servicios, sino más bien su (in)capacidad para emprenderlos”, dijo Ignacio Irarrázaval.
Otro hallazgo es el anhelo de que el proceso constituyente desemboque en una nueva forma de hacer política, pues se percibe al sistema actual como uno que no responde de manera eficiente hacia el país y las necesidades de los más vulnerables. “La gente valora la política, pero quisiera tener una política que esté al servicio de las personas, que se encargue de las necesidades”, dijo el rector UC Ignacio Sánchez en el programa Mesa Central de Canal 13.
Uno de los temás más presentes, que en los diálogos se asomó como sustancial, es el de la educación como un pilar fundamental para lograr transformaciones relevantes en nuestro país. “Si la Constitución es la herramienta para cambiar la política y el Estado, la educación es el camino para cambiar la sociedad”, dice el informe de Tenemos que hablar de Chile.
Por último, se analizó que las preocupaciones de los ciudadanos respecto a la economía, refieren más a un tema del impacto personal que de los cambios en los grandes números a nivel país. En otras palabras, a los chilenos y chilenas les importa cómo ciertas situaciones pueden influir directamente en sus hogares: el precio de los productos, la búsqueda del trabajo, el pagar un arriendo, entre otros elementos.
Estos resultados son el puntapié inicial de una serie de hallazgos que serán compartidos próximamente. A la fecha, Tenemos que Hablar de Chile ha logrado reunir a más de 12.000 personas de todas las 346 comunas de Chile en conversaciones por videollamada, mientras que ha recibido más de 90.000 respuestas a sus 18 consultas ciudadanas, una por cada tema país como educación, salud, pensiones, entre otros. Toda esa información será parte de una serie de documentos entregables a las autoridades para incidir en el diseño de políticas públicas.
“Este gesto, del Tenemos que hablar de Chile, de la Universidad Católica y la Universidad de Chile, ya tiene un valor intrínseco. Hay un cambio de paradigma (…) nosotros no creemos que tengamos que pelear o competir sobre quién es el que más se luce o está más interesado en rescatar la opinión, sino que lo vamos a hacer en conjunto”, dijo Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile.
Por su parte, el rector UC añadió que: “Parlamentarios y autoridades de Gobierno ya nos han pedido que en las próximas semanas les presentemos estos resultados que son preliminares pero bastante significativos. Va a ser un insumo bastante importante”.