10 Enero 2025

La investigación, realizada por académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Wellesley College, destaca que este beneficio reduce brechas étnicas y mejora la educación y los ingresos laborales de sus beneficiarios, consolidándose como un motor clave de movilidad social en Chile.
En el marco del seminario “Beca Indígena: Una política exitosa de reducción de la desigualdad étnica en Chile”, organizado por el Centro de Políticas Públicas UC, se presentó el estudio liderado por David Torres, académico de la Escuela de Psicología UC, junto a Patrick McEwan, académico de Estudios Latinoamericanos y Economía de Wellesley College. La investigación reveló que la Beca Indígena ha tenido un impacto positivo significativo en sus beneficiarios, tanto en su trayectoria educativa como en su vida laboral: los nacidos entre 1992 y 2000 reportaron un aumento promedio del 22% en sus ingresos laborales y un incremento del 10% en su participación laboral, particularmente en sectores técnicos y profesionales. Además, se observó una mejora promedio de 0.6 años en la escolaridad de los beneficiarios, junto con una reducción significativa de las brechas educativas en resultados del SIMCE, especialmente en lenguaje y matemáticas.
Uno de los hallazgos más relevantes es que los beneficios de la Beca Indígena han sido altamente rentables: los ingresos posteriores al pago de impuestos de las cohortes más beneficiadas fueron 190 veces superiores a los costos netos del programa. Asimismo, se destacan mejoras en los incentivos educativos, como el cumplimiento de la nota promedio mínima exigida para la renovación de la beca, lo que ha contribuido al aumento de los aprendizajes y la retención escolar.
Tras la presentación, expertos y representantes de distintas instituciones comentaron los resultados y desafíos asociados a la beca. Camila Rubio, directora nacional de Junaeb, resaltó el compromiso institucional por mejorar el acceso a la educación y fomentar la movilidad social. “Hemos incrementado progresivamente los recursos para esta beca, lo que nos ha permitido aumentar su cobertura. En 2024 incrementamos en $700 millones su presupuesto, incorporando 2.333 nuevos beneficiarios, y para este 2025 inyectamos $2.011 millones adicionales, alcanzando un presupuesto global de $29.192 millones”, señaló. Además, Rubio destacó que actualmente la Beca Indígena beneficia a 104.784 estudiantes a lo largo del país.
La autoridad también hizo un llamado a postular al beneficio, recordando que “hasta el 31 de enero mantenemos abiertas las postulaciones a través de nuestro Portal Unificado de Becas, que simplifica el proceso para acceder a distintos beneficios, como este aporte monetario de libre disposición para los estudiantes de enseñanza básica, media y superior”.
Por su parte, Patrick McEwan destacó que la consistencia en la implementación de la Beca Indígena ha permitido evaluar sus efectos a largo plazo, convirtiéndola en una política “exitosa” y “única en América Latina”. “Es un ejemplo de cómo las políticas públicas pueden reducir la desigualdad y promover el desarrollo humano, con resultados medibles en múltiples dimensiones por medio de transferencias directas y renovables durante varios años a la población indígena”, afirmó.
En conclusión, el estudio reafirma el impacto de la Beca Indígena, no solo como un instrumento para mejorar la educación y el empleo, sino también como una herramienta clave para cerrar brechas étnicas y generar oportunidades de movilidad social sostenible en Chile.